Es una pequeña ermita que se halla situada en la falda de la sierra de Gredos, junto al macizo central; hasta ella se llega por una carretera vecinal, asfaltada, que parte de Candeleda, a la salida de la población camino de la provincia de Cáceres.
Para llegar hasta allí hay que ascender unos siete kilómetros, serpenteantes casi en su totalidad. Junto a la garganta del mismo nombre, en un lugar, poblado de castaños, fresnos y alisos, se yergue este centro de devoción de la gente del valle del Tiétar. Desde su altura (660 m.) se contempla una bella panorámica de la parte occidental del valle del Tiétar y del Campo Arañuelo.
La devoción a la Virgen de Chilla, patrona de Candeleda y de Gredos, no es exclusiva de la localidad abulense, pues de siempre el número de sus devotos se ha extendido por todo el valle del Tiétar e, incluso, por el campo de Talavera hasta el extremo de que acuden a la celebración representantes de los pueblos de Mejorada, Segurilla, Velada, Calera, El Casar y Gamonal; antiguamente portaban presentes propios y un mayordomo, en nombre de su municipio, un cirio grande.